“Las
raíces timerias y el catolicismo gibelino, solar y patriarcal”.
Por Titus Luxonicus.
Las raíces de
Timeria son indiscutiblemente católicas, porque siguen la Santa Tradición
originaria y auténtica otorgada por Dios, hace aproximadamente seis mil años
atrás, antes de que el mundo clásico comenzara su decadencia por la
introducción judaica de la democracia. Es muy común decir la supina ignorancia
de que la “democracia” surgió en
Grecia, pero eso no es cierto; según Aristóteles la “democracia” (en griego, “gobierno
del pueblo”) era la forma torcida o impura de la “politeia” (en griego, “gobierno de la polis”), la cual
usualmente se traduce como república (del latín, “res pública”, o sea, “la cosa
pública”).
Cualquiera que
lea los tratados políticos de Aristóteles y otros filósofos griegos, sabrá que
la “democracia” NO era la forma de
gobierno más aceptada por la Antigua Grecia ni por la Antigua Roma; Roma de
hecho mejoró cuando se convirtió en un Imperio, gracias a Octavio Augusto.
El mundo antiguo
clásico greco-romano, plantó las bases para la gloriosa Civilización Occidental Cristiana y Aria, una civilización
solar y patriarcal, imbuida con un profundo espíritu monárquico-aristocrático,
con un sentido jerárquico de la vida, pues así es la naturaleza: jerarquía,
orden, monarquía-aristocracia. El espíritu cristiano-católico, tiene sus raíces
en los filósofos griegos clásicos, como Platón y Aristóteles; el primero aportó
el idealismo y el segundo el materialismo (uno sano, nada que ver con el
materialismo ateo contemporáneo); y ambos fueron los pilares de la patrística
antigua y la escolástica medieval, y por eso se los denomina como “proto-cristianos”.
Cuando Atenas se
comenzó a llenar de la asquerosa “democracia”,
entonces ahí comenzó su decadencia y cayó el Imperio helenístico (el que había
conquistado Egipto, gracias a Alejandro Magno y luego la dinastía tolemaica),
siendo luego sustituido por el Imperio Romano: patriarcal, solar,
monárquico-aristocrático, marcial, viril. Así el Imperio Romano fue el
continuador de los valores solares
espartanos, provenientes a su vez, de los arios (del sánscrito “aryan”, que quiere decir, “nobles”), de los proto-indoeuropeos, los
atlantes e hiperbóreos, los hijos de Jafet, el padre de la raza aria o
blanca. Fue esta raza, la más poderosa de la historia, la creadora de la
Civilización, la única capaz de hacerle frente a la barbarie y al paganismo.
¿Qué es el
paganismo? El paganismo (del latín “paganus”,
campesinos) NO era la religión oficial de los antiguos griegos y romanos, sino
que era la religión de los bárbaros incivilizados, incultos, demócratas e
igualitaristas. En verdad los civilizados (civilización significa la vida en
ciudades), eran los romanos y griegos (y luego los cristianos) quienes vivían
en ciudades y creían en la religión
solar europea antigua; dicha religión adoraba dioses arios, solares y
patriarcales (las diosas femeninas, no eran matriarcales tampoco, pues
obedecían a sus respectivos maridos; Zeus es era “el padre de todo”) y era una religión patriarcal y viril, amante de
la guerra, el honor y el coraje; era una religión de orden, disciplina, moral y
respeto. Y ¿cuál era la continuidad lógica a toda esa religión antigua? Pues
simple y llanamente el cristianismo, y cuando hablo de cristianismo me refiero
al cristianismo auténtico, original y católico, fundado por nuestro Señor
Jesucristo; un cristianismo que prosiguió con la tradición solar y patriarcal
de la Antigua Grecia y Antigua Roma.
El cristianismo
de hecho, pese a haber surgido en Galilea (Palestina) se desarrolló en Europa y
tuvo como raíces al viejo “paganismo”
(religión solar europea), que se unió con sus raíces hebreas
vétero-testamentarias. En el Antiguo Testamento se hablaba claramente de la
llegada de un Mesías, ese Mesías llegó, existió y es Nuestro Señor Jesucristo
(quien NO es judío), quien eligió a doce discípulos, de los cuales once eran
arios y sólo uno era judío: Judas Iscariote.
Ahora bien, ¿de
dónde surgió en realidad la tan idolatrada democracia? La misma, tuvo su origen
del culto lunar: matriarcal, femenino, pacifista, hedonista, tendiente al
homosexualismo (es una gran farsa eso de que “los griegos y romanos fueron homosexuales”; por el contrario, se
trataba de una sociedad patriarcal y viril, que despreciaba a los homosexuales),
igualitarista, tolerante con el crimen, en fin, toda la basura modernista que
hoy padecemos. Recordemos que el Evangelio según San Lucas, enseña que cuando
Poncio Pilatos consultó al pueblo judío a quién querían salvar de la
crucifixión, el populacho judaico eligió perdonar al asesino Barrabás y
crucificar a Jesucristo. Hoy, la democracia sigue haciendo lo mismo; en Uruguay
por ejemplo, el populacho ignorante e inculto eligió como “Presidente” al
hombre más vil, ignorante e inculto de todos: el terrorista tupamaro José
Mujica. Y así sucede en muchos países; por eso triunfa el liberalismo y el
marxismo; la culpa la tiene la democracia, que es de origen judío, pues
mientras el patriarca Moisés (no “judío”, sino hebreo) fue a buscar las santas
tablas de los Diez Mandamientos, el populacho ignorante votó por fundir el oro
(el culto al oro, el culto al dinero, que hacen los usureros judíos, dueños de
la banca internacional, el “Almighty
G.O.D.”: “Gold Oil Diamond” de
los judíos…), para hacer un becerro y adorarlo (Éxodo 24: 12-18; Éxodo 32:1;
Éxodo 32:4; Éxodo 20:1-6,22, etc). Eso, es idolatría, adoración al diablo; de
ahí que la “democracia” es el
gobierno del diablo, pues por el pueblo habla el diablo, mientras que por
el contrario, por los aristócratas (del griego “aristoi”, los mejores), y por el rey o emperador, habla Dios, pues ¡Cristo es Rey!
Decir que N.S.
Jesucristo no existe o nunca existió es basura atea, que no se lo creen ni
ellos mismos. Surge del pecado, especialmente de la blasfemia y la idolatría,
de la soberbia y por ende, el culto al diablo. Tal forma mezquina de pensar, es
la denominada Izquierda (del latín “sinister”,
que significa el mal); esa es la forma lunar, afeminada, igualitarista y
democrática, la “moral de esclavos”,
la que incentiva el hedonismo, la inmoralidad y la decadencia, esa misma que
consiente demasiado a los niños, convirtiéndolos en maricas o mafiosos, y que
deja a las mujeres convertirse en machonas que usan pantalones y compiten con
el hombre. Esa es la sociedad matriarcal, que en realidad no valora a la mujer,
las usan como objetos, pues total, para ellos la mujer y el hombre son lo mismo
y por eso, invierten todo (todo lo que la Biblia condena, tanto en AT como NT,
en Deuteronomio, por ejemplo), y los varones se comportan como mujeres y
viceversa.
Por el
contrario, la Derecha (del inglés “right”,
el derecho, lo justo, lo correcto, el bien) es el pensamiento solar,
patriarcal, jerárquico, anti-igualitario y anti-demócrata; somos nosotros los
monárquicos, los fachos, los racistas, etcétera; somos nosotros los machos y fachos,
quienes en verdad respetamos a las mujeres y las tratamos como personas dignas
(como damas) y no como objetos; y como nosotros sabemos que las mujeres son
frágiles, entonces las protegemos y valoramos su feminidad.
La antigua
religión solar grecorromana, así como la nórdica y la hindú brahmánica, se
basaban en el patriarcado, el cual establecía un culto ascendente, para el Sol,
el cielo y los ancestros; su dios mayor era el “dios padre” o “rey de los
dioses”, es decir, Odín-Wotan o Zeus-Júpiter, que eran dioses celestes,
patriarcales, padres de dioses y héroes; todo lo contrario de las diosas
matriarcales como la “madre tierra” o la “pacha mama”. De hecho, estos dioses
solares grecorromanos y nórdicos—así como también los hindúes y de otras religiones
solares—fueron inspirados en el auténtico Dios cristiano Uno y Trino. Así Odín-Wotan
y Zeus-Júpiter, es una interpretación tergiversada del Dios Padre del Antiguo
Testamento o Yahvé; de ahí que luego no le resultó tan difícil a la Santa Madre
Iglesia Católica convertir a los creyentes europeos en la religión solar
antigua, y esa es la verdadera razón de por qué Europa y no ningún otro
continente, fue donde más floreció el cristianismo. En los otros continentes,
los bárbaros y paganos, siguieron creyendo en sus religiones matriarcales y por
eso el cristianismo nunca los convenció y así por ejemplo, los amerindios y los
negros siguieron en el atraso cultural durante siglos, hasta que los
civilizados europeos cristianos los evangelizaron y civilizaron.
Las diosas de la
religión solar, tales como Atenea griega o las valquirias, eran diosas
guerreras, pero a la vez femeninas y patriarcales, que obedecían al “dios padre”
y respetaban la autoridad patriarcal; todo lo contrario de las diosas
hedonistas lunares, que no pasaban de brujas sanguinarias y prostitutas
hedonistas. Mientras en las religiones solares o derechistas (el “camino de la
Mano Derecha”) predomina el sacerdocio masculino otorgándose importancia a la
castidad y a la virginidad en las “sacerdotisas” o monjas; por el contrario, en
las religiones lunares o izquierdistas (el “camino de la Mano Izquierda”)
predomina el sacerdocio femenino, despreciándose la castidad e incentivando la
prostitución; así las sacerdotisas o monjas solares son vírgenes, mientras que
las sacerdotisas lunares son unas prostitutas, es decir, las brujas o
hechiceras sucias que hacen “pactos con el demonio”.
Mientras que en
el “camino de la Mano Derecha” se enfatiza la ética, la moral, el bien común y
lo positivo; en el “camino de la Mano Izquierda” se enfatiza el egoísmo, la
soberbia y todo lo negativo o malvado; la primera es la Magia Blanca, es decir,
la magia que usa por ejemplo la Santa Madre Iglesia en sus Misas Tridentinas;
mientras que la segunda es la Magia Negra, que usa por ejemplo la falsa Iglesia
del Vaticano II, en sus falsas misas modernistas y protestantizadas
(judaizantes). ¿Por qué decimos “protestantizadas” o “judaizantes”? Porque las
misas modernas no tienen magia, son misas vacías, con conjuros vacíos, donde NO
existe presencia real de Nuestro Señor Jesucristo, y así es para los
protestantes. Éstos NO creen que en la Santa Eucaristía exista presencia real
de N.S. Jesucristo; ellos NO creen en la transubstanciación bíblica, y sus
creencias son judaizantes. Si bien Lutero era un anti-judío declarado, él sin
embargo, se opuso al “paganismo” católico (es decir, a los elementos solares
que posee sólo la Iglesia Católica Romana) y por eso en el fondo fue judaizante.
Mientras los católicos creemos en la Santa Virgen María, Madre de Dios, y le
rendimos el apropiado culto a los santos, beatos, siervos de Dios, ángeles y
héroes, así como el apropiado culto (que NO es idolatría, sino veneración, que
es muy diferente, y está en la Biblia, por ejemplo, cuando Dios mismo mandó al
Rey Salomón construir un Templo y hacer imágenes para venerarlas) a las
imágenes representativas de N.S. Jesucristo, la Virgen y los santos; los
protestantes ignorantes, dicen que todo eso es “idolatría”, pues no saben
diferenciar adoración de veneración, y ellos blasfeman contra la Santísima
Virgen María, incluso llegando a la osadía de decir que ella no era virgen y
tuvo otros hijos, lo cual es falso, tal cual enseña en la Santa Biblia, Palabra
infalible de Dios. Demás está decir, que los protestantes (así como los
cismáticos orientales) niegan la primacía del Papa (es decir, que él es el
Vicario de Cristo) y su infalibilidad pontificia, así como muchos santos concilios
ecuménicos también infalibles. La autoridad apostólica y romana del Papa, es un
concepto claramente patriarcal y solar; mientras que el César (Emperador
Romano) ostenta el poder temporal, el Papa ostenta el poder espiritual, y ambos
poderes, deben de estar siempre en equilibrio, pues así lo ordena Dios.
Ciertos
ignorantes alegan que el cristianismo fue la causa de la decadencia del Imperio
Romano, pero eso son puras patrañas; gracias al Emperador Constantino el
Grande, el Imperio se transformó en Santo Imperio Romano y fue bendecido por
Dios; la causa de la caída (temporal) del Imperio, no tuvo nada que ver con
religión, sino con problemas bélicos y políticos, causados por la invasión de
los bárbaros (lunares). Gracias a Dios, pocos siglos después, el Imperio
renació como el ave Fénix, y mejor que nunca, en el año 800, con la coronación
de Carlomagno, y surgió entonces el Santo Imperio Romano Germánico, que duró
como mil años y podría haber seguido, sino fuera porque abolieron el título
para que Napoleón (el liberal, masón y usurpador) no se lo robara. Y dicho sea
de paso, el fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán, intentaron
restaurar ese Imperio, a través del Segundo Imperio Romano italiano y el III
Reich alemán; Franco hizo lo suyo, intentando restaurar el Imperio español.
Lástima que
luego de la catástrofe de 1945, ocurrió el triunfo (parcial, ya habrá revancha,
¡ya verán!) de la Izquierda (la Siniestra), del matriarcado, de este mundo
moderno afeminado y lunar (nótese que la Luna—mora, musulmana—así como la
estrella—judía, satánica—son símbolos de oscuridad, símbolos de la noche;
mientras que el Sol, la cruz o la esvástica, son símbolos del día, símbolos de
luz), donde la satánica democracia y el igualitarismo imperan. Sobrevivimos en
este mundo oscuro, bajo el imperio del “camino de la mano izquierda”, bajo la
influencia de sus instituciones como el satanismo, la democracia, el
liberalismo, el marxismo, los iluminados (Iluminati), los carbonarios, los
comuneros, la masonería, el judaísmo, el templo de Set, la Ordo Templi
Orientis, etcétera.
Timeria es
entonces, un “lugar para el honor” y
aquí no existe lugar para la cobardía ni el hedonismo; por eso nosotros
reconocemos el valor histórico y cultural de la antigua religión solar
indo-europea, pero no la practicamos ni la incentivamos de modo alguno, pues el
cristianismo católico romano es la continuación lógica de esa antigua tradición
indo-europea, solar y patriarcal.
Nosotros
pertenecemos al Camino de la Mano Derecha, que se identifica particularmente
con esta religión de Luz, de Verdad, de Justicia y de Libertad (no de
libertinaje, como los paganos lunares), que es el cristianismo católico romano;
y además dicho sea de paso, gibelino, que quiere decir, estar a favor del
equilibrio justo entre el César (con su poder temporal) y el Papa (con su poder
espiritual). Nosotros defendemos pues un cristianismo positivo, un catolicismo
positivo, gibelino, solar y guerrero, donde el honor y el valor, son
fundamentales, al igual que la caridad y la misericordia y la justicia; pues
N.S. Jesucristo el Mesías, nos enseñó que Él no ha venido a traer la paz sino
la espada (Mateo 10:34), es decir que el
cristianismo antes de ser una religión de paz (que también lo es, claro está)
es una religión de Justicia.
Actualmente,
luego del fallecimiento del último Papa Su Santidad Pío XII, en 1958 y luego
del Conciliábulo Vaticano II de la década de 1960, la Santa Sede ha sido
usurpada por los modernistas judaizantes, paganos lunares y protestantizados,
convirtiendo a Roma en la Ramera de Babilonia, que fornica con todos los “reyes
de la Tierra”, a través de la idolatrada democracia, la cual es—como dijimos
anteriormente—el gobierno del diablo. Ellos están siguiendo el camino de la
Mano Izquierda, el camino de la oscuridad; mientras que nosotros seguimos el
camino de la Mano Derecha, el de la magia blanca, el de la alquimia, el camino
de los cruzados, de los inquisidores y los monjes guerreros, el fiel sacerdocio
viril y marcial, que lucha por la Libertad y la Justicia, en contra del
totalitarismo democrático igualitarista del mundo moderno, podrido y hedonista,
consumista e incrédulo, vacío, que no cree en nada y no le importa nada.
Por todo esto
Timeria se enmarca dentro del catolicismo romano ultramontano e integrista,
continuando con la llama de la Santa Tradición—que no es la adoración de
cenizas, como diría Chesterton—y siendo así, como cristianos, los verdaderos
continuadores de la Antigua Grecia y Antigua Roma; y por tanto, dentro de
CELTIC y junto con COPVS, en el V SUIS, el último bastión de la otrora gloriosa
Civilización Cristiana, Occidental y Aria, que no tardará en resurgir.
Fuentes
consultadas:
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